Ahora que estoy posiblemente solo,
me voy dando cuenta de muchas cosas,
que quizás no entendía o no quería entender....
Ahora que mi voz no vale la pena,
y mi egoísmo me engulle aunque no lo requiera,
Comprendí que vivo en un recuerdo ya olvidado....
Ahora que del tiempo, su ironía me duele,
va convirtiendo mi herida en un silencio tibio y ausente,
en un llanto que no puede hacerse presente,
pues entre tantas penas, lágrimas ya no quedan.
Y ya no puedo escuchar del viento,
ese soplo de esperanza que se siente,
y mucho menos su lamento,
lamento de escarcha....
Y se va cerrando la herida,
entre palabra y palabra,
y ya no queda saliva,
ni fríos perdones,
ni mas tibias venganzas,
y allí sigue el silencio y el remordimiento....
Ya no hay ni días,
ni mas noches.
Ni tienen sentido sus reproches,
ni sus rencores...
Sólo hay minutos que duran segundos,
años que suelen ser meses,
sueños que ya no son sueños,
son ilusiones,
(desilusión)
Simplemente ilusiones....
Esperando aún,
que la luna en su finito cielo se pose.
Que aparezca de pronto,
regalándome un instante de su calma.
Mientras su luz va regocijando mis tibios ojos,
acariciando su calor, las frías manos,
vaciando las tenues lágrimas.
Inundando con su brisa su cielo cruel,
como una cautelosa canción,
iluminando la oscuridad del amanecer.
Y la sombra de las sombras,
encallecida y derramada,
que descansa entre frió silencio y frió olvido....
Y se levanta,
entre tanto tímido susurro,
y sus recuerdos tibios.
Tibios, entre tanto calor que de pronto es frío.
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